La roca de Tanios, por Victoria Rodríguez. Club de lectura de adultos

Club de lectura de Adultos

Costumbrismo, amor, venganza, guerra, traición…  Estos son los ingredientes de esta novela –“La roca de Tanios”– del escritor libanés exiliado en Francia, Amin Maalouf, autor también de reconocidas obras como “León el africano” o “Los desorientados”. No se nos escapa que, con ellos, Maalouf solo ha podido tejer un auténtico drama, ambientado además en el marco de un conflicto bélico entre Egipto y el Imperio Otomano.

Con tintes de leyenda –“cuento lo que me cuentan”–, el narrador nos va desvelando la historia de Tanios, un muchacho oriundo de la región montañosa libanesa de Kfaryabda que, por circunstancias de la vida, se ve abocado a erigirse en héroe y salvador de su pueblo.

Ambientada en la mitad del siglo XIX, “La roca de Tanios” está inspirada en una historia real: el asesinato de un patriarca cometido en esa época por Abu-Kisk Madouf.  A partir de aquí, y como diría el propio autor, “el resto es impura ficción”.

A través del desarrollo de la trama conocemos la personalidad y peripecias de los habitantes de Kfaryabda, en especial de sus protagonistas –el conde, Gerios, Grevayel y el propio Tanios, por citar algunos–, pero también descubrimos el paisaje libanés que, a lo largo de la novela, se convierte en un protagonista más.

En Kfaryabda, todas las montañas tienen nombre, y su propia leyenda. Nadie mejor que el propio Tanios para describirnos un entorno que no es sino fiel reflejo de la historia y de sus gentes: “Mi montaña es así. Apego a la tierra y aspiración a abandonarla. Lugar de refugio y lugar de paso. Tierra de leche y miel, tierra de sangre. Ni paraíso, ni infierno. Purgatorio”.  Como la vida misma

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