Cinco horas con Mario, por José Antonio Aguado

El marido de Carmen, Mario, acaba de morir de un ataque al corazón muy repentino. Después del funeral Carmen se queda velando el cuerpo inerte de su marido durante la noche. En ese período Carmen “habla con Mario” acerca de su vida juntos, sus familiares, sus anécdotas, sus deseos; todo de una manera increíblemente desordenada, caótica e incluso repetitiva.

Mario era, en teoría, un progresista empedernido. Escribía en el cinco horas con marioCorreo y pensaba que las mujeres debían estudiar, que la caridad era importantísima, que el tener un coche no era una prioridad (siempre iba en bicicleta)y pensaba de sus hijos y parientes, en la mayoría de los casos, lo opuesto a lo que pensaba Carmen.

Carmen es una mujer religiosa “decente”, que piensa que lo que tienen que hacer las mujeres es estar de buen ver y servir en el hogar, que guardar las apariencias es imprescindible y también cosas triviales como que tiene demasiado pecho y demás. En definitiva, Carmen habla de todo un poco, denotando que es alguien más bien “estrecho de miras”. Le recrimina a Mario cosas como, por ejemplo, darle la espalda en un momento tan importante para un matrimonio como la noche de bodas, que siendo tan progresista nunca fregó un plato, que se comportaba bien con quien no debía (el bedel, por ejemplo) y mal con quien debía comportarse (los adinerados).

Al ver sus muchísimas diferencias uno podría pensar que no sintieron nada el uno por el otro. Sin embargo, parece que Carmen sentía un gran amor por Mario, le vela durante toda la noche y, en el último capítulo de monólogo interior, se desquicia pidiéndole a Mario que la mire una sola vez más, una última vez, aun sabiendo que es imposible. Un fiel reflejo, en gran medida, de la antigua sociedad española.

Opinión personal

En mi opinión es un libro bastante difícil de leer, sobre todo al principio. El desorden que Miguel Delibes imprimió a los pensamientos de Carmen desordena tus propios pensamientos. Pero una vez te acostumbras a las divagaciones, repeticiones y demás te das cuenta de que es bastante interesante ver esas enormes diferencias entre ellos, esas historias de italianos, pisos, agresiones policiales, banderas republicanas, corbatas de luto, Seiscientos…, contadas de una forma tan particular. Un libro prácticamente único en su género y muy bien escrito. Un gran libro.

José Antonio Aguado Álvarez                                                                                                      4º ESO “A”

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