El niño con el pijama de rayas, por Gonzalo Romero

Título: “El niño con el pijama de rayas”.

Autor: John Boyne.

Año de publicación: 2007.

Género: Narrativa/De ficción/Drama.

Edad: Adultos y niños mayores de doce años.

Editorial: Salamandra.

Personajes: Bruno (niño alemán de nueve años, hijo de un comandante nazi), Schmuel (niño judío de nueve años que estaba prisionero en Auschwitz, el padre, la madre y los abuelos de Bruno, Gretel (hermana mayor de Bruno) el Teniente Kotler, Herr Liszt (el profesor de Bruno y Gretel), María (la criada de la familia), Lars (el mayordomo), Pavel (el camarero, un médico judío que estaba preso en Auschwitzy “El Furias”(Hitler) y su novia Eva.

Valores: Amistad, igualdad, respeto, bondad, educación.

Argumento y opinión: Este libro es muy especial y muy fácil de leer porque está narrado desde la perspectiva de un niño de nueve años. Me ha gustado mucho.

Al principio, no sabía muy bien sobre qué tema iba a tratar pero cuando vi la palabra “Auschwitz” me dio un escalofrío y reaccioné, empecé a atar cabos y entendí todo lo que había leído hasta entonces; lo mismo me ocurrió con “El Furias”, sabía que tenía que ser alguien muy importante y me di cuenta cuando lo describieron físicamente, era Adolf Hitler.

A partir de entonces, me concentré más porque es un tema que me interesa mucho y me tomé más en serio su lectura porque la historia se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, en la Alemania Nazi, junto al mayor campo de concentración y de exterminio de judíos que hubo en Auschwitz” ( Polonia).

Es la historia de dos niños de nueve años, nacidos el mismo día del mismo año; Bruno, es alemán y vive en Berlín, con  sus padres y su hermana Gretel, en una casa preciosa y llena de comodidades; su padre es un comandante nazi. Schmuel, es un niño polaco y vive en Cracovia, con sus padres y su hermano, en un pequeño piso encima de la relojería de su padre; su madre es maestra. La familia es judía.

Los dos son felices, con su familia y sus amigos, hasta que su vida cambia de un día para otro. A Schmuel y a su familia los Nazis los llevan a Auschvitz por ser judíos; Bruno y su familia se van a vivir también allí, a una casa que hay al otro lado de la alambrada del campo de concentración porque su padre era un comandante de Hitler.

Bruno no tenía amigos y se aburría, él no sabía lo que había al otro lado de esa alambrada, no sabía en qué trabajaba su padre ni se lo imaginaba porque era bueno. Bruno estaba orgulloso de él.

Un día, se fue a explorar él solo y se encontró a un niño de su edad sentado al otro lado. Estaba muy delgado y sucio y tenía la cabeza rapada.

Con el tiempo se hicieron amigos, se veían todos los días que no llovía y hablaban mucho, cada uno se quedaba en su lado aunque estaban muy cerca. Bruno siempre le llevaba algo para comer a Schmuel.

Después de un año, un día, Schmuel le dijo que su padre había desaparecido y que estaba muy preocupado. A los pocos días, Bruno se enteró de que se iba a vivir otra vez a Berlín con su madre y con Gretel; su padre se iba a quedar allí.

Decidieron, como despedida y porque nunca habían estado juntos en el mismo lado de la alambrada, que Schmuel al día siguiente le llevaría un pijama de rayas para que se disfrazadara, que pasaría al lado del campo de concentración por debajo de la verja (había un pequeño hueco que era por donde antes le daba la comida) y que se irían a explorar para intentar encontrar al padre de Schmuel. Todo era perfecto, además el padre de Bruno le había rapado unos días antes el pelo porque había cogido piojos. Parecían iguales, aunque Bruno tenía mejor color y estaba más gordito que Schmuel.

Así lo hicieron, dos días antes de que se fuera a ir Bruno y aunque había estado todo el día lloviendo mucho.

Cuando estaban dentro, de repente, se vieron en el centro de muchas personas porque les iban a llevar a hacer una marcha. No saben cómo, se encontraron en un lugar donde hacía mucho calor, Bruno dio la mano a su amigo, apagaron las luces…Nunca más se volvió a saber nada de Bruno (era una cámara de gas donde los Nazis mataban a los Judíos).

Mucho tiempo después su padre se dio cuenta de lo que podía haber pasado. Cuando los Nazis perdieron la guerra contra los Aliados le arrestaron pero no le importó porque su vida sin Bruno ya no tenía sentido y además se sentía culpable. Su madre y su hermana se acabaron yendo a Berlín y también estaban muy tristes y Gretel, aunque siempre estaban riñendo, le echaba mucho de menos.

Bruno estaba bien alimentado y vestido, Schmuel estaba muy delgado porque no comía casi nada, sucio y con la cabeza rapada. Cuando a Bruno le rapó su padre el pelo por los piojos ya no eran tan distintos y menos cuando se puso el pijama de rayas sucio que le llevó Schmuel. La única diferencia era que Bruno estaba bien de peso y tenía buen color. Los soldados no se dieron cuenta de que había un niño alemán, hijo de un comandante nazi, y lo llevaron junto a Schmuel y el resto de prisioneros a la cámara de gas.

TODOS SOMOS IGUALES, NO HAY RAZAS SUPERIORES (eran dos niños, dos amigos, uno alemán y otro polaco y murieron juntos dados de la mano…).

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