LITERATURA DE VIAJES Y VIAJEROS

“Leer es siempre un viaje, una aventura que nos abre los ojos, que nos eriza el pelo en la nuca, ya sea en un junco en el Mekong, en la cafetería de la esquina, en la complicidad de una librería o en el sillón 2de nuestra casa. Leer, como viajar, es conocerse un poco más y descubrir el mundo, descubrirse, en las vidas de los otros”.

                                                                                                          Suso Mourelo

La literatura de viajes no constituye una categoría o un género literario universalmente reconocido. Se trata de textos que recogen los acontecimientos, los sentimientos y las voces de un viaje realizado por el narrador. Según la perspectiva crítica puede sostenerse que la mera enumeración de hechos no constituye en sí literatura, pero esta no es una postura universal. Obras que hablan de aventura, conquista o exploraciones son recogidas también 3normalmente bajo la categoría de literatura de viajes, como por ejemplo Fray Bartolomé de las Casas o Bernal Díaz del Castillo cuyas obras, pertenecientes al género crónica son consideradas las primeras manifestaciones literarias americanas de la conquista.

La redacción de libros de viajes se remonta al siglo XIV (es una de las aportaciones más novedosas de este periodo) y su culminación se producirá en el siglo XV. La obra que inaugura este género dentro de la literatura española es la Embajada a Tamorlán, crónica de un viaje que hicieron los enviados del rey Enrique III al encuentro del emperador asiático Tamorlán. En el último tercio de siglo se traduce al aragonés el Libro de Marco Polo sobre su viaje a China.

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